Libro: Guardianes del Tiempo (Los corredores del Tiempo) - Poul Anderson

Guardianes del Tiempo (Los corredores del Tiempo)

Poul Anderson

Los corredores del Tiempo relata el enfrentamiento a lo largo y ancho de la línea temporal entre los Guardianes y los Exploradores, en esta compilación de relatos, sin embargo, sólo están incluidas misiones de los Guardianas, personalizados en la figura del agente libre Manse Everard, más hábil que el resto de sus compañeros, pero a la vez dado a improvisar y a no seguir escrupulosamente las órdenes de sus superiores, lo que le convierte en un agente libre, sin las estrictas ataduras jerárquicas del resto de la organización, cuestión esta muy conveniente si se quiere desarrollar historias que vayan más allá del mero ir y venir por fantásticos escenarios históricos.

Por supuesto, Anderson no se complica la vida dando eruditas explicaciones de cómo es posible viajar en el tiempo; sencillamente se puede y para eso hay inventados unos artilugios lo suficientemente precisos como para permitir a los patrulleros caer en el momento preciso. Si pierde algo más de tiempo en comentar los porqués de la existencia de los guardianes, la naturaleza de sus misiones y otras cuestiones menores que no afectan demasiado a los pasados a los que viaja Everard pero que como pinceladas históricas del futuro no dejan de ser curiosas.

El primer relato del libro, Guardianes del Tiempo, cuenta como es reclutado Everard, su entrenamiento y su primera misión. Tampoco pierde Anderson el tiempo en describir las motivaciones de Everard para aceptar trabajar para una organización tan peregrina ni en los métodos de entrenamiento, apenas diez páginas de las cuarenta que componen el relato, dejando el resto para lo que realmente interesa, los saltos entre del siglo XX al oligoceno, de allí a la época victoriana, y nuevamente retroceder al siglo V para capturar a un disidente temporal a punto de provocar un desastre histórico para volver al Londres bombardeado de la Segunda Guerra Mundial y dejar claro que lo suyo es ir de por libre.

El siguiente relato, Valiente para ser Rey, lleva a Everard a la corte del rey Ciro de Persia, un patrullero se ha visto atrapado en el tiempo y Everard se empeña en rescatarlo. El patrullero ha medrado en la compleja y refinada corte persa, sobreviviendo a intrigas y asesinatos, y su encuentro con Everard es ciertamente emotivo, pero Everard está en el punto de mira de poderosos cortesanos poco dispuestos a que las cosas cambien, aunque, naturalmente, no saben con quien se las gastan.

El único juego entre los Hombres plantea, sin embargo, una hipótesis ciertamente interesante; ¿qué hubiera ocurrido si en vez de los españoles hubieran sido los chinos los que exploraran y conquistaran América desde la costa oeste? La respuesta para Anderson está clara; se acabó la civilización occidental, por eso Everard es enviado al siglo XIII, a interceptar una expedición chino-mongola y procurar por todos los medios que fracasara en su misión exploratoria, colonizadora y diplomática.

Por último, en Delenda Est.. se plantea la temprana aniquilación de Roma por Cartago y el consiguiente cambio histórico. De una forma bastante etnocéntrica Anderson no concibe que sin la influencia de Roma la civilización occidental avanzara demasiado y describe un presente (nuestro) muy poco tecnificado, y más bien tosco, por lo que Everard deberá corregir la historia convenientemente.

En resumen, cuatro relatos francamente interesantes que especulan, siempre desde el punto de vista de Anderson, sobre el camino que podría haber seguido la humanidad si según que acontecimientos no se hubieran producido.