Nada

Pierre Anthon deja el colegio el día que descubre que la vida no tiene sentido, Se sube a un ciruelo y declama a gritos las razones por las que nada importa. Tanto desmoraliza a sus compañeros, que deciden reunir objetos esenciales con el fin de demostrarle que hay cosas que dan sentido a quienes somos. En su reto arriesgarán parte de sí misinos y descubrirán que sólo al perder algo se aprecia su valor. Pero entonces puede ser demasiado tarde.

A la autora le propusieron escribir una novela sobre adolescentes. Cuando lo hizo su editor no quiso publicarla. En Dinamarca los adultos decidieron que los adolescentes no debían leerla. Estuvo prohibida en las escuelas de Dinamarca y Noruega. En Francia hubo librerías que se negaron a venderla. Es una suerte que haya llegado a nuestras manos. Porque merece la pena leerla.

La novela comienza de forma inocente. La voz narradora es de una adolescente de catorce años. Comienza el curso. Junten a un grupo de adolescentes. Pregúntenles cuál es el sentido de la vida. Imaginen que uno les dice que la vida no tiene sentido. Que nada importa. Ahora prepárense para escuchar a cada uno de ellos para rebatirle. Para demostrarle que se equivoca. Sorprendente lo que puede llegar a urdir una mente inocente con tal de dar respuesta a una duda existencial.