La ganadora

Lu Ann estaba desesperada: harta de vivir en una caravana con un compañero constamente ebrio; harta de trabajar en un bar de camioneros; harta de no poder dar a su pequeña hija lo que se merecía.

Entonces aparece Jackson: maestro del disfraz, inteligencia excepcional, personalidad arrolladora y misteriosa. Jackson ofrece a Lu Ann justo lo que esta necesita: mucho dinero, exactamente el premio gordo de la lotería. Lu Ann, agobiada por sus miserias personales, sospechosa, además, de un asesinato que no ha cometido, acepta a pesar de sus escrúpulos de conciencia.