Libro: La última escapada - O'Brien, Michael

La última escapada

O'Brien, Michael

Nathaniel Delaney, el protagonista de La última escapada, ha leído a Aldous Huxley, y lo ha leído bien. No me refiero a Contrapunto, sino a Un mundo feliz. Y se va dando cuenta, cosa que nos sucede a algunos, de que las profecías más aterradoras sobre el porvenir se realizan, pero no a la manera de un Armagedón, sino de un modo suave, lentamente manifiesto. El mundo no va hacia el desastre de manera revolucionaria, sino poco a poco.

Los ideólogos del Estado no son exclusivamente los que mandan en los niveles más altos, sino también -quizás corresponda decir sobre todo- los que hacen la pequeña labor diaria. Voy a poner un ejemplo de nuestro entorno: con o sin ERC en el gobierno de la Generalitat, la "reforma identitaria", como la llaman el ministro Corbacho y su antigua socia, Carmen Chacón, se hubiera llevado a cabo por obra de los maestros de primaria, mayoritariamente maestras e hijas de inmigrantes andaluces o extremeños apasionadamente inmersas en la inmersión lingüística. De modo que Delaney no se da de bruces con el Gran Hermano ni con sus espías, sino con simples maestros y maestras que ni siquiera saben que espían para ese amo: peor: que te dicen que estás loco cuando les explicas que eso es lo que están haciendo.

La mujer de Delaney lo ha abandonado y le ha dejado a cargo de dos de sus hijos. El padre y los chicos son lo que en lenguaje políticamente correcto se llama "una familia monoparental masculina", o sea, con uno solo de los progenitores, que en este caso es A, masculino. Ya es poco ortodoxo ese comienzo de argumento, porque, a pesar de que el caso se da muy a menudo, sólo se habla de las mujeres solas que crían a sus hijos. La señora se ha ido porque considera que el estilo de vida de Delaney es a la vez aburrido y riesgoso: viven en una zona rural, él es editor de un pequeño periódico local y las ideas que expone en él le ganan demasiados enemigos. Podría ser una novela realista social de corte tradicional, con padre comunista perseguido, pero -y esto es lo que convierte a La gran escapada en una obra excepcional- resulta que Delaney es católico.